Si bien en la historia de los bosques pirenaicos el cambio no ha sido la excepción sino más bien la norma, nunca éstos se habían dado a la velocidad actual ni el hombre había sido tan consciente de ellos. Por todo ello, es ampliamente reconocida la creciente incertidumbre alrededor del ambiente climático, biológico y social en el que se desarrollarán los bosques del futuro y concretamente en el territorio del macizo pirenaico estas cuestiones siempre ocupan una posición marginal.